¿Qué entiendes por intoxicación emocional?
Intoxicación emocional: es cuando uno mira y siente la vida y lo que sucede a nuestro alrededor desde una emoción embriagadora, invasora, que le impide a uno a costa de mucho sufrimiento ver la vida y las circunstancias desde un punto de vista objetivo, valorando los hechos, y minimizando lo dramático del punto de vista emotivo. Un buen lema para poder salir de ahí es el “No es para tanto”, ya que la emoción intoxicadora maximiza los hechos convirtiéndolos a veces en mentiras que uno se cree. Cuando se está intoxicado emocionalmente, se procesa la información convirtiendo la interpretación de la realidad en algo autorreferente, egocéntrico y que poco tiene que ver con lo realmente sucedido.
¿Cuáles son las causas? ¿Y las consecuencias?
Las causas son traumas todavía no resueltos que se han producido a lo largo de la biografía de uno, que disparan ante hechos o circunstancias similares a lo acontecido en el trauma, emociones que fueron en su día asociadas a dichas circunstancias traumáticas. De repente sucede algo que el sistema emocional lo asocia a recuerdos de otros acontecimientos y reacciona a través de una emoción que intoxica la manera de interpretar.
Podemos hablar de tres intoxicaciones de tipo emocional: el miedo y la sospecha de un mundo peligroso ante el cual hay que defenderse, la tristeza del dolor, de la separación y de la falta de afecto y aceptación de uno mismo y de la reactividad defensiva, rabia o enfado vital con el mundo y los seres que lo habitan.
Las consecuencias son un enorme sufrimiento a través de la rabia, del miedo o de la tristeza que no le dejan ver a uno otros puntos de vista mucho más favorables y tranquilizadores tanto para uno mismo, como para los demás.
Artículo publicado por Isabel Salama
Intoxicación emocional: es cuando uno mira y siente la vida y lo que sucede a nuestro alrededor desde una emoción embriagadora, invasora, que le impide a uno a costa de mucho sufrimiento ver la vida y las circunstancias desde un punto de vista objetivo, valorando los hechos, y minimizando lo dramático del punto de vista emotivo. Un buen lema para poder salir de ahí es el “No es para tanto”, ya que la emoción intoxicadora maximiza los hechos convirtiéndolos a veces en mentiras que uno se cree. Cuando se está intoxicado emocionalmente, se procesa la información convirtiendo la interpretación de la realidad en algo autorreferente, egocéntrico y que poco tiene que ver con lo realmente sucedido.
¿Cuáles son las causas? ¿Y las consecuencias?
Las causas son traumas todavía no resueltos que se han producido a lo largo de la biografía de uno, que disparan ante hechos o circunstancias similares a lo acontecido en el trauma, emociones que fueron en su día asociadas a dichas circunstancias traumáticas. De repente sucede algo que el sistema emocional lo asocia a recuerdos de otros acontecimientos y reacciona a través de una emoción que intoxica la manera de interpretar.
Podemos hablar de tres intoxicaciones de tipo emocional: el miedo y la sospecha de un mundo peligroso ante el cual hay que defenderse, la tristeza del dolor, de la separación y de la falta de afecto y aceptación de uno mismo y de la reactividad defensiva, rabia o enfado vital con el mundo y los seres que lo habitan.
Las consecuencias son un enorme sufrimiento a través de la rabia, del miedo o de la tristeza que no le dejan ver a uno otros puntos de vista mucho más favorables y tranquilizadores tanto para uno mismo, como para los demás.
Artículo publicado por Isabel Salama
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