Muchas de tus distracciones están allí porque crees que las necesitas. Acalla tus pensamientos y esas distracciones desaparecerán. Deja ir las preocupaciones y vence las dudas, que sólo logran confundir tus ideas. Acalla tus pensamientos por un tiempo y siente la felicidad de ser, simplemente, quién tú eres. Aquieta tu mente y súbitamente, esas distracciones tan abrumadoras parecen estar a un millón de kilómetros. Sumérgete en el darte cuenta que estás aquí, en este preciso instante y olvida las preocupaciones, los temores y las dudas.
Aléjate un paso de tus pensamientos frenéticos y desordenados y en la tranquilidad del silencio concentra tu atención en lo que es realmente importante para tí.
Experimenta la claridad de perspectiva que sólo la tranquilidad puede aportar. Más allá de pensar y preocuparse, de cuestionarse y juzgar y analizar hasta casi agonizar hay un espacio poderoso, refrescante y lleno de energía. Siente el valor que la tranquilidad puede darte.
El amor es tener siempre los brazos abiertos.Con los brazos abiertos el amor puede ir y venir a su voluntad, libremente, pues lo haría igual de todos modos. Si cerramos lo brazos alrededor del amor descubriremos que hemos quedado solos, abrazándonos a nosotros mismos...
del libro Palabras para Vivir
Aléjate un paso de tus pensamientos frenéticos y desordenados y en la tranquilidad del silencio concentra tu atención en lo que es realmente importante para tí.
Experimenta la claridad de perspectiva que sólo la tranquilidad puede aportar. Más allá de pensar y preocuparse, de cuestionarse y juzgar y analizar hasta casi agonizar hay un espacio poderoso, refrescante y lleno de energía. Siente el valor que la tranquilidad puede darte.
El amor es tener siempre los brazos abiertos.Con los brazos abiertos el amor puede ir y venir a su voluntad, libremente, pues lo haría igual de todos modos. Si cerramos lo brazos alrededor del amor descubriremos que hemos quedado solos, abrazándonos a nosotros mismos...
del libro Palabras para Vivir
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