La alegría es el arma más poderosa con que contamos, pues destruye la tristeza totalmente.
Algunos piensan que ser alegre es gritar duro, o reirse fuertemente. Y puede que sea cierto. Sin embargo, la alegría es algo que nace adentro.
Algunos piensan que ser alegre es gritar duro, o reirse fuertemente. Y puede que sea cierto. Sin embargo, la alegría es algo que nace adentro.
¿De qué vale estar reíndose afuera, si adentro el alma está lastimada?
Hay que trabajar con la alegría en todos los momentos posibles. Es sinónimo de estar satisfecho, de ser donador de esa alegría. Pero, si siento que no la tengo, la mejor forma es aprender a amarse profundamente. Es reirme de mis propios errores, como hacen los niños, y de mis logros, pues es este éxito la fuente total de felicidad.
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